Los perros necesitan pensar. Su cerebro demanda nuevos retos cada día. Jugar es una buena manera de activar mentalmente a un perro, pero sólo si se usan juguetes apropiados para ello. Lo explico en este post.
Los perros necesitan retos
Los perros son animales inteligentes y necesitan estar mentalmente estimulados para ser felices. Tanto es así que esta pirámide de necesidades (al estilo de la pirámide de Maslow) señala las “necesidades cognitivas” como parte importante de la felicidad canina.
Un perro es feliz, entre otras cosas, cuando tiene su cerebro activo y entrenado para resolver retos a diario.
Algunos juguetes para perros están orientados a cumplir ese objetivo. Y, más allá de eso, son útiles, también, para ayudar a resolver determinados problemas de comportamiento.
Los juguetes interactivos para perros son aquellos que proponen un reto mental que tu croqueto debe resolver: el perro debe hallar la manera de conseguir los premios comestibles que el juguete esconde en su interior, utilizando sus patas, su boca, etc. para manipularlo.
¿Cómo es un juguete interactivo?
Esconde premios en su interior
El perro debe averiguar por sí solo cómo acceder a los premios: levantando una palanca con el morro, volteando el juguete con la pata, estirando de alguna cuerda con la boca, etc. Depende de cada juguete y de la manera de solucionar el problema que tenga cada perro. Algunos usarán las patas, otros la boca, etc.
Existen varios niveles de dificultad: hay que elegir el nivel adecuado para que el perro, ni se frustre por no saber resolver el problema, ni lo resuelva en dos segundos.
Mejora el vínculo entre perro y propietario: el perro agradece que su propietario le plantee retos interesantes y divertidos.
Estos juguetes se venden en tiendas especializadas y son una buena propuesta pero tienen dos inconvenientes desde mi punto de vista:
1- No suelen ser baratos 2- Una vez el perro ha resuelto el reto, el juguete pierde su propósito de activación mental.
Activación Mental Canina ©
La Activación Mental Canina © es una disciplina impulsada por el adiestrador italiano Paolo Villani y su equipo de trabajo, que consiste en proponerle al perro diversos juegos, construidos manualmente, que el animal tiene que solucionar por sí mismo, con total autonomía y sin la ayuda de su propietario.
Las dificultades que el perro encuentra al resolver los juegos le enseñan a gestionar momentos de estrés y frustración, a superar miedos y dificultades, algo que luego le ayudará en su vida cotidiana.
¿Cómo funciona?
Los juguetes se le van presentando al perro según distintos niveles de dificultad para que el animal siempre termine por resolverlos con éxito. De esta manera, se estimula su actividad cognitiva pero no sólo eso: también se fomenta la iniciativa del perro, se potencia la confianza en sí mismo (el perro se da cuenta de que es capaz de resolver problemas por sí solo) y su autocontrol frente a situaciones que requieren concentración y resolución.
Está científicamente comprobado que 20 minutos de Activación Mental Canina equivalen a tres horas y media de paseo por el bosque». Jesica Ciminnisi
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